Dar besos no constituye, en un principio, ningún problema a no ser que “se obligue a hacerlo”.
Trabajar situaciones como la de la historia desde la ESI nos permite abordar de manera directa el tema del contacto físico no deseado. Enseña a distinguir las sensaciones cómodas y agradables de las que no lo son y así poder desarrollar la confianza en las propias percepciones y sentimientos.

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